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ISBN OC : 978-84-9981-705-7
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Corrientes e influencias en el Cristianismo primitivo


Ruinas de la ciudad de Pela, en Palestina

Desde el año 66 EC, la mayoría de los cristianos de Jerusalén y de toda Judea se establecieron el Pela, se dice que allí fue donde se originó una linea de pensamiento muy relacionada con los judaizantes, por supuesto mas moderados, pero también con fuertes raíces en la tradición judía. De esa corriente provienen los llamados Nazarenos y los Ebionitas, de estos últimos se dice que llegaron al extremo de hacer uso exclusivamente del evangelio de Mateo, por ser escrito en hebreo. No obstante hay ciertas dudas sobre el origen de estas corrientes ya que por ejemplo el nombre nazarenos se utilizó también para la generalidad de los cristianos. Alrededor del año 50 al apóstol Pablo se le acusó de ser parte de una secta sediciosa llamada los nazarenos, haciendo referencia a los cristianos. (Hechos 24:5) Esto indica que los enemigos y perseguidores, veían a estos como una secta judía mas.
Realmente estas corrientes no fueron necesariamente rechazadas, sino mas bien controladas, de alguna manera era natural que el cristianismo en sus inicios tuviese muchas impregnaciones judías, pues era su procedencia, hasta las cartas de Pablo, usan términos relacionadas con la ley de Moisés para explicar la realidad del Cristo. Santiago, también lanza un mensaje a las 12 tribus simbolizando a todos los cristianos, hasta las tardías cartas de Juan y su Apocalipsis, utiliza el lenguaje típico de realidades, ritos y costumbres provenientes de la ley judía.
Así aunque se rechazaba el extremo judaizante de implantación y obligatoriedad de las leyes judías, algunas tradiciones y costumbres provenían de forma natural de ella. Por eso se toleraba y aceptaba, hasta muy entrado el siglo II . Por ello el hablar de judeocristianismo como una tendencia divisoria o separada del cristianismo oficial es un error, pues todos los primeros cristianos fueron judeocristianos, incluyendo a los gentiles, quienes se familiarizaron con las escrituras por medio de leer la ley y los profetas. Fue décadas después cuando se fueron añadido los evangelios y otras cartas que las explicaban. No había ninguna clase de pugna.
Mas peligrosas y dañinas fueron la influencia de otras tendencias, las provenientes de oriente, Partia, Frigia y hasta Persia y las helenísticas en la zona occidental. De hecho en las cartas apostólicas sobre todo en las de Pablo, al mismo tiempo que se condenaban los extremos judeizantes, con la palabra y la razón, se rechazaba también la influencia gnóstica y helenística. Así mientras Jesús sembró la semilla del cristianismo, ya para la segunda mitad del primer siglo se había plantado la semilla de la mala hierba para corromper las enseñanzas puras del cristianismo.
Pero el final del siglo concluyo con una época de duras persecuciones, si bien esto ha sido algo que había acompañado a los cristianos desde el principio, sin embargo hasta el año 64, en las regiones en las que el judaísmo era minoritario o casi inexistente, se vivía en relativa paz. La cosa cambio después que Nerón acusó a estos de la quema de Roma y a partir de allí se les anatemizó con una sarta de mentiras, entre otras cosas se llegó a decir que eran ateos, inmorales, rebeldes contra el emperador, e incluso sacrificaban niños. A partir de este momento nada sería lo mismo. Se dice que Pedro, murió en manos romanas, aunque murió en Palestina; Pablo quizás, terminó su vida bajo arresto domiciliario, Juan deportado en Patmos y muchos otros discípulos importantes fueron víctimas también de la cruel persecución.
Pero no fueron esas pruebas lo que mas daño hizo al cristianismo de esos inicios, las pruebas desde dentro hicieron extraviar a muchos. Jesús había utilizado la ilustración del trigo y la mala hierba para anunciar que en años postrimeros crecería la apostasía hasta tal grado que cubriría por completo al trigo sembrado por el y prácticamente lo ahogaría. Y tal como habían anunciado Pablo, Santiago, Judas y hasta Pedro, tendrían que venir personajes y tendencias apostatas de toda clase. Pablo hablo de lobos opresivos, que tratarían duramente a los fieles, quizás haciendo referencia a trato distante entre los presbíteros y los súbditos, o incluso a férreas restricciones y limitaciones de libertad provocadas por un poder incrementado de obispos lejanos al cristiano de a pie. También mencionó a los que hablarían cosas torcidas y complejas para extraviar a muchos (Hechos 20:29); Menciona a los que predicarían el ascetismo y prohibirían el matrimonio y hasta ciertos alimentos (1Timoteo 4:3) Pedro mencionó a los que usando un lenguaje mas suave y sinuoso, arrastrarían para si seguidores y crearían sectas destructivas, aplicando dicha expresión al hecho que destruían la unidad del cristianismo por el daño que le propiciaran. (2 Pedro 2:1-3) Judas también para el tiempo de Pedro, menciona a algunos que negarían a Jesús, por la relajación de su conducta y moral.
Juan anunciaba la venida del anticristo, quizá no hablando solo de los que rechazaban la existencia de Jesús, pues eso ya existió desde el principio, entre personas de las naciones que desconocían y rechazaban a Jesús, o como muchos judíos que negaban su poder, su procedencia sobrehumana y la resurrección, a estos siempre los tenían allí. Mas bien, Juan quizás se refería a otra faceta de la apostasía entrante, que sería el rechazo de la figura de Jesús tal como lo presentaron sus apóstoles y discípulos mas allegados y testigos directos de su presencia humana. Se podía referir a los que llegarían a negar su vida prehumana y su origen espiritual, reconociendole como simple profeta, uno mas; o por el contrario, los que le adjudicaban cualidades divinas que el mismo rechazó (Filipenses 2:6), o contra los que identificasen como parte de una dualidad o doble personalidad de Dios.(1Juan 2:18,19) En ambos casos era ir contra la enseñanza de Cristo, rechazando su doctrina base.
Pablo haciendo alusión a la apostasía entrante la menciono como el hombre del desafuero o ministro de la iniquidad y que tendría que aparecer antes del fin de los tiempos. Las dos últimas décadas del primer siglo y la primera del segundo, fueron una transición en la que el cristianismo pasó de ser un movimiento ignorado por el mundo, salvo para perseguirlo, a ser un movimiento temido y que podría ser un peligro para los cimientos del imperio.
Santiago advirtió contra los que por medio de la conducta o por buscar la relación con los sistemas económicos y políticos en busca de poder, se hicieran amigos del mundo, y habló de la búsqueda de la austeridad. (Santiago 4:4; 5:1-6)
Un cristianismo bajo la protección de los apóstoles y discípulos que fueron testigos de su fundador, a ser un grupo que luchaba por demostrar al mundo que su ideología y enseñanza debía ser respetada y aceptada como de gran importancia universal, defendiendo su ideología utilizando las armas de la palabra.
Pero en cualquier caso, la situación a finales de siglo, como ya indicamos no parecía clara, el futuro se cernía gris y la fuerte persecución a la que se vieron sometidos, los había dejado un tanto desorientados.

1 comentario:

  1. Gran trabajo, amigo. Tenemos mucho que saber. Gracias por compartir tu trabajo con nosotros.

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