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ISBN OC : 978-84-9981-705-7
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Inicios Doctrinales : El infierno sin fuego

Relieve del infierno en una catedral católica



Otra creencia que no nació en el cristianismo, y se fue entendido de distinta manera a como lo hicieron con posterioridad, es lo que tiene que ver con el termino infierno. En las escrituras hebreas, en el antiguo testamento utilizado por los cristianos, al hablar del lugar o situación de los muertos en hebreo aparecía el termino Sheol; y aunque se han propuesto muchas teorías para explicar el origen de la palabra sheól, al parecer se deriva del verbo hebreo scha-'ál, que significa "pedir, solicitar". Según el hebraísta Samuel Pike, el seol es un "recinto común o región de los muertos; deriva su nombre de la insaciabilidad de la sepultura, como si siempre estuviese pidiendo o reclamando más". Esto, al parecer, da la idea de que el seol es un lugar (o una condición) que reclama a todos sin hacer distinción, ya que acoge en su interior a los muertos de la humanidad.

Era difícil hallar un termino similar en otros idiomas mas comunes para cuando se tradujo al griego y menos aún cuando el cristianismo se instauró. Así se utilizó el termino griego Hades, que en la mitología griega alude tanto al antiguo infra-mundo griego como al dios de los muertos. La palabra hacía referencia originalmente sólo al dios griego, y era una abreviatura para su morada pero finalmente el nominativo llegó también a designar la morada de los muertos. A pesar de las connotaciones posteriores de la muerte como «maldad», Hades tenía en realidad un carácter más altruista en la mitología, a menudo se le retrataba más como pasivo que como malvado: su papel era mantener un relativo equilibrio y evitar la salida de nadie.

Para el siglo II A.C. cuando se tradujo la septuaginta, es decir el antiguo testamento de la Biblia del hebreo al griego, el termino prácticamente simbolizaba o era sinónimo del lugar donde estaban los muertos, así fue por lo tanto que los traductores eligieron tal termino para traducir la palabra hebrea Seol.

El cristianismo también lo adoptó para hablar de la sepultura o lugar de los muertos, pero de ninguna manera tenía la connotación de un lugar de tormento, como tampoco lo tenía para los griegos, mas bien indicaba lugar de estancia y armonizaba con la idea de la resurrección, pues según indicaba se podía salir de el como se dice que lo hizo el propio Jesús (Hechos 2:31,32). También después se dice que el mismo y no Pedro tenía la llave de este lugar llamado Hades (Revelación 1:17,18), en el sentido del poder de dar resurrección a los muertos merecedores. En occidente se pasó a utilizar el termino latín "infierno" para traducir el termino Hades y Sheol lo cual posteriormente ha creado mayor confusión. Cabe destacar no obstante que la palabra infierno proviene del latín y significa «inferior» o por debajo de tierra, nunca indicando vida tormentosa sino como encierro, al igual que el termino griego Hades.

Claro, ya en aquellos tiempos había otras religiones, sobre todo orientales, que tenían un entendimiento muy distinto del termino infierno. La idea de sufrir después de la muerte se halla entre las enseñanzas religiosas paganas de los pueblos antiguos de Babilonia y Egipto. Las creencias babilonias y asirias hablaban de un "mundo de ultratumba plagado de horrores, incluso presidido por dioses y demonios de gran fuerza y fiereza". Los antiguos escritos religiosos de los egipcios, si bien no decían que hubiese lugar donde se padeciese eternamente en el fuego, hablaban de la existencia de un "mundo inferior" en el que había "calderas" para arrojar a los réprobos. Con el zoroastrismo, Zaratustra establece un particular Juicio Final, en el cual el alma debía atravesar por siete puertas y llegar al Puente de Shimva, si el alma era liviana y ligera por falta de pecados y culpas, atravesaba el puente sin problemas, por el contrario si lo hacía lleno de pecados y culpas, el alma era pesada y torpe por lo cual caía al vacío, cuyo final era un lago en llamas.

Bien es cierto que en palabras de Jesús se habla de Gehena ardiente o de fuego, (Mateo 5:22; Marcos 9:47,48) y algunos de los primeros cristianos como Santiago, también utilizaron ese termino, (Santiago 3:6), pero al parecer en sentido de destrucción total, pues hacían referencia a un lugar a las afueras de Jerusalén, el antiguamente llamado valle Hinon, de allí proviene el nombre Gehinon o Gehena. Aquel era un lugar donde se solían arrojar las basuras y desperdicios, al igual que cadáveres de criminales o maleantes que no merecían una sepultura digna, de allí el simbolismo del termino de destrucción total en un olvido absoluto. Similar idea da el simbólico "Lago de fuego" mencionado décadas mas tarde por el apóstol Juan, (Revelación 20:14; 21:8), simbolizando la destrucción absoluta e irreversible. En el Apocalipsis de Juan, mostrando el simbolismo del lago de fuego, expresa un curioso pasaje en el que muestra que hasta al mismo Hades, irá a caer en el lago de fuego, lo que da la idea del fin de la muerte.

Durante todo el primer siglo las creencias sobre la muerte y resurrección se mantuvieron bajo ese prisma, la muerte era un estado de inactividad a la espera de una resurrección futura. Tanto es así que la primera mención del infierno tal como se entiende en la cristiandad con el sufrimiento por fuego como base, no aparece hasta después de mediados del siglo II, y no fue en el entorno cristiano mas ortodoxo, sino en el apócrifo Apocalipsis de Pedro, un texto gnóstico y solo en su versión griega, no así en el copto, de hecho, fue el cristianismo gnostico el que introdujo la idea de un infierno de sufrimiento y castigo eterno, sobre todo los valentinianos, sobre los que después trataremos con mas detalle en el capitulo sobre el gnoticismo.

Se sabe que Tertuliano utilizó la expresión infierno, como tambien lo hiciera Justino Martir y otros, pero en el sentido de estado de espera, no lugar de tormento. No obstante a través de algunos llamados padres de la iglesia como Juan Crisóstomo, y sobre todo Agustín de Hipona, es como se establece de forma negativa la enseñanza sobre este infierno. Pero aún para el siglo V no se tenía absolutamente claro el asunto pues se menciona como un tal Evario Pritico, apoyandose en escritos de Origenes,(siglo III), demostraba que Dios no podía tener un infierno para el tormento de las almas, en cualquier caso, Origenes defendía la existencia de un lugar de oscuridad o apartamiento de Dios, pero sin sufrimiento.

4 comentarios:

  1. Otra vez digo, ¿por qué Jesús nos propuso una parábola en al que incluye la figura babilónica del fuego de tormento? Por que nadie puede negar que la idea subyace en la trama y luego en apocalipsis después del reino milenial cuando Satanás es arrojado se dice que era el lago de fuego "donde estaban la bestia y el falso profeta" añadiendo la idea que "serán atormentados día y noche", esta es otra doctrina babilónica que es usada como figura en las Escrituras.

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  2. El uso de figuras mitológicas conocidas para representar y entender enseñanzas, era común en aquellos tiempos, como sucedo hoy en día.
    También se usaba la figura del Dragon, para representar al Demonio o Diablo (Apocalipsis 12:7-9)
    Jesús al hacer referencia al Seol o hades en la parabola, no estaba enseñando el sufrimiento trás la muerte, sino el tormento vergonzoso que sufrirían los que se consideraban saciados, cunado la gente humilde tuviesen más luz espiritual y conocimineto que ellos.

    El autor

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  3. Jesus habla de un horno de fuego, y luego habla de "las tinieblas de afuera". Cree que éstas también son metáforas?

    RAB

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  4. Por supuesto que son metaforas, indican la situación de desaprobación en la que se encontrarán. No se puede hablar de fuego ardiente y a la vez de sensación de frio al chirriar los dientes.

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