Obra protegida por derechos de autor

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ISBN OC : 978-84-9981-705-7
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Manes : El cristianismo mazdeísta

"Yo soy un agradecido oyente que nació en la tierra de Babilonia. Yo nací en la tierra de Babilonia y me ubico a las puertas de la verdad. Yo soy un cantante, un oyente que ha venido de la tierra de Babilonia. Yo he venido de la tierra de Babilonia para lanzar un llamado al mundo".
Con este curioso himno, se presentaba este visionario, que de alguna manera, llegó a convertirse en uno de los primeros sectarios, que realmente quisieron aglutinar alrededor de su persona a sus seguidores, convirtiendose como el nuevo profeta después de Cristo.
Sus orígenes fueron las de hijo de una familia de elkaísitas o docetistas, no se sabe exactamente, pero si que vivían en Persia. Nació alrededor del año 216 y a la edad de 12 años afirma que recibió la vivían de un ser procedente del cielo al que llamó Syzygos o "Gemelo. A partir de entonces su meta es formar un grupo religioso en torno a sus enseñanzas, típicamente judeo-gnosticas. Pero profundamente enraizadas en el zoroastrismo antiguo.
Más adelante, anunció que el era el Paráclito prometido en el Nuevo Testamento, el Último Profeta y el Sello de los Profetas, último de una serie de hombres enviados por Dios. Llegó a relatar una lista de enviados entre los que incluía : Set, Noé, Abraham, Sem, Henoc, Zoroastro, Hermes, Platón, Buda y Jesús. Durante su vida, los primeros misioneros de Manes difundieron sus ideas por Persia, Palestina, Siria y Egipto. Se sabe que con el tiempo se extendió hacia el oriente, pasando a la India y llegando hasta China. Donde todavía existía una pequeña comunidad en el siglo XIX, y hasta nuestros días sobrevive una pequeña comunidad llamada actualmente secta de los mandeos, en el sur de Irak, con ideas que los identifican con el maniqueísmo antiguo.
A grandes rasgos los maniqueistas creen que en las personas reside "el espíritu alma", que es de Dios, pero esta está dentro del cuerpo del hombre, que es del demonio. En el hombre, el espíritu o luz se encuentra cautivo por causa de la materia corporal; por lo tanto, creen que es necesario practicar un estricto ascetismo para iniciar el proceso de liberación de la luz atrapada. Desprecian por eso la materia, incluso el cuerpo. Los «oyentes» aspiraban a reencarnarse como «elegidos», los cuales ya no necesitarían reencarnarse más. De alguna manera Manes tuvo contacto con el budismo de la India y de este tomó las ideas sobre reencarnación. Manes mismo viajó por barco, en el 241, a la India, y a través del valle del Indo hasta Turan, donde se dice que se ganó al rey para su causa.
Según Manes, Buda y otras muchas figuras religiosas habían sido enviadas a la humanidad para ayudarla en su liberación espiritual. En la práctica, el maniqueísmo niega la responsabilidad humana por los males cometidos porque cree que no son producto de la libre voluntad sino del dominio del mal sobre nuestra vida, por ello estaba justificado el pecado y la maldad.
Sería lo mas sencillo definir al maniqueísmo como un grupo gnóstico mas, pero no era eso lo que pretendía Manes, quería ser un reformador a la altura de Buda en oriente o Cristo en occidente. Aunque por fuentes opositoras se le conoce como maniqueísmo, en realidad ellos se hacían llamar "La enseñanza de la luz" a su movimiento. Pero aunque numerosos apologistas posteriores lo condenaron, realmente su influencia solo se extendió a la zona de Asia, Partia, Persia y el oriente, aunque tuvo algunos seguidores en núcleos de población trasladada a la zona de Bulgaria y los Balcanes. El que se mencione de ellos en Roma, en la Galia y en España, puede ser fruto de la confusión que se tenía sobre las diferentes corrientes gnósticas, pues se llegó a decir que hasta Prisciliano era uno de ellos. Entre sus enseñanzas se encontraba la aceptación de la astrología y los signos del zodiaco, que adaptaron a su manera. La astrología maniquéa, y su gnosticismo, fue una de las influencias que tuvo el Islam y también a estos se debe ciertos cultos cristianos medievales: entre ellos los bogomilos, cátaros, y otros..
En el año 297 fue tremendamente perseguida por el emperador Docleciano, haciendo casi desaparecer del entorno occidental del imperio al movimiento, no así del oriental.
En Persia, incluso algunos de los gobernantes aceptaron la nueva enseñanza y estos tuvieron ciertos privilegios, o por lo menos libertad de acción.

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