Obra protegida por derechos de autor

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ISBN OC : 978-84-9981-705-7
Depósito legal: M-20243-2011

Primeros relevos en la dirección del cristianismo.

El tiempo pasaba, y la linea apostólica natural se agotaba, elementos claves del cristianismo, como Pedro, Santiago y Pablo ya no estaban para el año 70, otros ocuparían sus puestos ya que al parecer había una sucesión apostólica o de gobierno. Lejos estaba la idea de un poder de liderazgo en una sola persona, eso no cabía en la mente de los primeros cristianos, para quienes tampoco podía existir la idea de idolatrar o mostrar veneración a humanos, por muy prominentes o claves pudieran ser en el cristianismo.

Por aquella época, ya era un movimiento internacional, aunque su principal zona de influencia, contrario a lo que se pueda pensar, no era Roma ni ninguna ciudad de occidente, aunque tampoco lo era Jerusalén o Galilea ni ninguna ciudad Palestina, donde se originó, mas bien fue en la zona de Asia menor, Antioquía, llegó a ser ciudad clave en el cristianismo de la época final del siglo I. El aumento era mayor también en occidente y poco a poco pasando a Europa, el cristianismo iba tomando poder, pero no en el sentido de posición gubernamental, sino por su número. El imperio romano muy influido todavía por el paganismo, empezó a verlo ya no como una minoritaria secta judía inofensiva, sino como una plaga creciente, por ello trataba de ponerle freno, sobre todo en Roma y sus alrededores, pero era difícil hacer esto en los extremos del imperio, de allí que en aquellos lugares el crecimiento del cristianismo fuera mayor.

Para la décadas 70, 80 y 90 y según el cristianismo iba creciendo y aumentando en regiones remotas donde apenas se alimentó de judíos conversos, entonces aparecieron miembros prominentes que tomarían el relevo de los primeros. Pero teniendo en cuenta que al principio los cristianos mas veteranos eran originalmente judíos, debía pasar tiempo para que eso sucediera. De hecho el estilo y los métodos de organización original se mantuvieron hasta bien entrado el siglo II.

Clemente de Roma fue uno de los primeros occidentales en sobresalir dentro del cristianismo, según Orígenes (siglo III), sirvió junto con Pablo en sus últimos años en Filipos. También Ireneo de Lyon,(siglo II) hace mención de el como contemporáneo tardío de los apóstoles, quizás haciendo referencia a Pablo y Juan, y según una tradición, Pablo lo cita en una de sus cartas como compañero de fatigas, (Filipenses 4:3), aunque no hay pruebas fehacientes que se refiera al mismo Clemente. Lo que si queda claro es que de alguna manera su labor se suscribió al ámbito occidental, siendo Grecia la zona de mayor calado de su trabajo.

De hecho escribió una carta a los Corintios alrededor del año 95, que se conserva aunque no fue aceptada como parte de la Biblia. Al igual que otros escritos de la época, esta circuló entre los cristianos y era leída en las congregaciones. Parece que la costumbre común en aquellos tiempos en los que el papiro era de difícil adquisición, era pasarse las cartas de congregación en congregación. El mismo apóstol Pablo animó a leer a los colosenses una misiva enviada a los de Laodicea, aunque de esta última poco se sabe, se habla de un fragmento atribuido a Pablo, en cualquier caso no era parte del canon bíblico aceptado.

El que Clemente de Roma, escribiera una carta a los corintios no significa que haya obrado como líder, o como se entiende hoy por Papa de la iglesia, ni mucho menos, es mas, en esa carta habla de los apóstoles en tercera persona, sin incluirse el en esa posición, cosa que Pablo no ocultó, ni por parte de el ni de Bernabé. Teniendo en cuenta que el titulo de apóstol era de lo mas alto en aquellos tiempos, está claro que Clemente, aun siendo un cristiano prominente no entraba en la categoría de Pedro, Pablo o Juan.

Ya algunos años atrás se estaba denunciando a los llamados falsos apóstoles, que no eran otros que algunos dejandose llevar por los años de experiencia o por su veteranía, querían sobresalir indebidamente buscando poder y dominio sobre los demás, Pablo condenó esta actitud (2 Corintios 11:12-14), también el apóstol Juan en el Apocalipsis hace mención de estos falsos apóstoles en Efeso y sobre algunos sectarios como los nicolaítas quienes sobre todo en algunas congregaciones de Asia menor tuvieron cierta influencia y hubieron de ser expulsados y señalados.

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