Obra protegida por derechos de autor

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ISBN OC : 978-84-9981-705-7
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EL ISLAM : Origenes judeo-cristiano-gnóstico y maniquéo


Corría el año 590 en la ciudad árabe conocida como La Meca, en una zona dividida por tribus antagónicas de diferentes orígenes, entre ellos los nabateos, leanitas y omanitas al sureste, los sachalitas, homeritas y adriamitas hacia las costas frente a Eritrea, o los Quraysh en las aldeas de la costa central del mar Rojo, donde se ubica la Meca. Pero entre todos estos grupos no existía unidad ni religiosa ni política. Todas las tribus eran politeístas y adoraban deidades ancestrales. Destacando la Kaaba o piedra sagrada que numerosos grupos solían adorar dando siete vueltas a su alrededor.

Esta se encontraba rodeada de idolos de diferentes dioses entre ellos Aicheera, unos de los principales; Allat, una diosa muy venerada al igual que All-Uza, a quien se solían sacrificar vírgenes jóvenes; Atarid, dios de las constelaciones, en otros lugares era venerado como Mercurio; había otros equivalentes a la mitología grecorromana, entre ellos a Alzahora o Bachtau, como Venus; Dysaser = Marte; Dzeohl = Saturno; Hobal = El sol . Pero sobre todo se adoraba allí a un dios al que llamaban sencillamente Elah, o Allah, posiblemente proveniente de la raíz semita El, o del hebreo Elohim, era una de las principales deidades veneradas en la Meca y sus alrededores. Numerosos judíos también se habían establecido en aquella zona, formando un núcleo de población considerable y de gran influencia. Habiendo llegado a finales del siglo I a raíz de la destrucción de Jerusalén y la obligada diáspora judía, llevaban siglos establecidos y eran buenos comerciantes. Por otro lado vestigios de diferentes grupos de cristianos judeizantes llevaban varios siglos refugiados en aquellos pueblos frecuentado por nómadas, alejados de todo peligro, sobre todo del peligro de la ahora poderosa iglesia romana.

En aquella época se conoce la influencia que habían logrado los miembros de un grupo liderado por un tal Waraqa, conocido como "el sacerdote" quien al parecer tenía muchos seguidores y enseñaba doctrinas cercanas a los ebionitas, basado en el llamado "Evangelio de los Hebreos" una versión manipulada del evangelio de Mateo, de la que apenas quedan fragmentos en citas de otros. Estos enseñaban a un Jesús, que si bien había sido un gran hombre, rechazaban todo lo que tenía que ver con su vida prehumana.

Algunos afirman que el tal Waraqa podía tener cierto parentesco con Mahoma y por esa influencia se decantó por las ideas monoteístas en contraste con la mayoría de los árabes. Pero no está constatado ese hecho, en cualquier caso, si es posible que tuviera alguna clase de contacto con los ebionitas como veremos después, aunque el acercamiento a un solo Dios lo obtuvo de otro lugar y por otras personas.

Para ese tiempo, también el cristianismo nestoriano se había extendido hasta esas distantes tierras, estos habiendose disgregado del cristianismo nicenico hacia el siglo V, eran trinitarios, pero admitían una sola naturaleza en el Cristo humano al que al igual que los ebionitas, era solo de naturaleza humana y por lo tanto María no podía ser considerada madre de Dios sino de Cristo, esta idea básicamente fue la que los separó de los demás cristianismos salidos de Nicea.Monedas del siglo II en territorio Sabeo, resalta el símbolo de la media luna con la extrella, tipica del islam.


En los desiertos de Arabia encontraron refugio ciertos ascetas de ideas gnósticas que aceptaban el famoso Apocalipsis de Adán, en el que se afirma que Adán no solo recibió perdón sino una revelación de Dios. Así el Apocalipsis de Adán es una supuesta revelación a su hijo Set para que la transmita a sus descendientes: se trata de una especie de testamento con la información sobre los hechos futuros que ha aprendido al comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Entre los mismos árabes existían numerosas tradiciones sobre Adán arrepentido, quien construyó un templo en la Meca, destruido por el diluvio, y vuelto a fundar por Ismael, a quien muchos consideran el originador de las tribus de Arabia. Por otro lado de esa misma fuente eran las imágenes de María, y del hijo que se sabía también se veneraban.

Los Sabeos, o una corriente de estos que habían adoptado el monoteísmo quizás bajo la influencia de grupos de elkesaítas, con los que tuvieron contacto en la zona de Partia. Estos también tenían su zona de influencia en la zona norte, aunque acostumbraban a peregrinar a la Meca y como otros daban las siete vueltas de rigor y tenían por costumbre ciertas oraciones rutinarias tres veces al día.

Por otro lado también al norte de Arabia llegaron grupúsculos maniqueos, quienes entre otras cosas predicaban una sucesión de profetas en el mundo en el que incluían a Set, Enoc, Noé, Abraham, Sem, Zoroastro, Hermes, Platón, Buda y Jesús. Y por supuesto el propio Manes, quien se consideró profeta y en esa misma linea cabía la entrada de mas profetas universales.

Con esos precedentes, Arabia era la confabulación de muchas ideologías judeocristianas, gnósticas, y maniquéas, aparte de las tradicionales religiones árabes y politeístas. Y curiosamente la Meca, la ciudad mas importante, era considerada ciudad sagrada, donde confluían muchas de estas enseñanzas. Allí nació alrededor del 570, Ahmad, mas conocido como Mahoma, un qurashi, pobre pero de noble familia, que quedó huérfano a los seis años y fue criado por su tío Abú Talib, al que con el tiempo acompañó en sus viajes como comerciante.

Con el tiempo ya siendo ayudante de su tío, en el año 581 en una de esas rutas de carabineros, fueron invitados por un extraño personaje llamado Bahira. Según la tradición este era un monje supuestamente nestoriano, quien al verlo, observó en el todavía muchacho, pues apenas superaba los 11 años, algo que le hizo pronosticar ciertos augurios sobre el. Le dijo a su tío que este llegaría a ser profeta y que no lo llevara a Palestina, por temor de que judíos o cristianos, pudieran hacerle daño. Ese detalle es lo que nos hace dudar sobre la posible religión del monje, pues difícilmente un cristiano nestoriano, haría tales augurios y hablaría de otro profeta que tendría que venir, eso no tenía sentido entre los cristianos, fuera la vertiente que fuera. Por otro lado el advertirle contra cristianos y judíos, era mas lógico que viniese de un asceta gnóstico, o de un seguidor de Manes, salvo por temor a aceptar creencias antagónicas.

Si el tal Bahira era un maniquéo, cabía la posibilidad que viera en Mahoma, a un posible profeta, para ellos era normal esperar a más profetas futuros. No cabe duda que aquel episodio marcaría la vida de el adolescente Mahoma, pues lo movió y motivó a interesarse por los asuntos religiosos, aún mas que tiempo atrás.

Pero este episodio del encuentro con un supuesto monje cristiano, no parece que fuera algo puntual, pues de nuevo, posiblemente en otro viaje, y esta vez ya un poco mas adulto, contactó con cierto monje que se dice le puso en contacto con las escrituras bíblicas. Aunque según ciertas fuentes se dice que es el mismo Bahira, en otras se le menciona como Sergio, es difícil saber si era el mismo o se trata de dos episodios separados. En cualquier caso la influencia de las enseñanzas de este último son mas profundas. Se dice que fue en un viaje a Siria, y este caso si trató de un fraile nestoriano, quien le enseñaría las escrituras, le hablaría contra la enseñanza extendida en los demás cristianismos acerca de María como madre de Dios, cosa que los nestorianos rechazaban y posteriormente el propio Mahoma considerase blasfemia de hablar de madre de Dios, incluso de hijo de Dios, como humanizando al creador. También es posible que le hablara contra la adoración o veneración de imágenes, en la que se estaban introduciendo los cristianos.

Después de casarse con Jadiya, la rica ama para la que trabajó por un tiempo, esta la puso en contacto con un primo de ella llamado Waraka, quien en principio hizo las funciones de oráculo. Al parecer Waraka, de origen judío, había sido cristiano, posiblemente ebionita o elkesaíta, pero para ese momento abstraído por la astrología, es muy posible que se hubiese unido a alguna secta gnóstica, o tuviera ciertos conocimientos al respecto, eso explicaría su aceptación de la astrología, tan repudiada por judíos y cristianos. Sin embargo parece ser que este apreciaba las escrituras y era un erudito en estas pues estaba dispuesto a traducir al árabe los escritos bíblicos, junto al Talmud y la mishná judías. De esta relación con aquel sabio, nacería la mayor parte del conocimiento bíblico, aunque en gran manera tergiversado, no solo por quien le enseñó, sino por las numerosas influencias previas recogidas de memoria por un Mahoma todavía analfabeto y que el mezclaría con lo poco que sabía del judaísmo, del cristianismo nestoriano, y de las tradiciones árabes. Esa amalgama de enseñanzas son las que después repetiría en sus discursos, de donde procede gran parte del Corán.

Pero antes de eso, empezó a aislarse, buscó lugares solitarios a fin de meditar y orar, acompañando a estos con ayunos voluntarios, esto lo hacía en el mes de ramadán, de allí la costumbre hasta el día de hoy del obligado ayuno en ese mes considerado sagrado. Durante esos periodos llegaba al extremo de enfermar, padeciendo convulsiones y extraños trances, que eran poco comprendidos al principio, solo su esposa le apoyaba. Así siguió haciendo durante varios años, hasta llegar al año 610, cuando afirmó que tuvo la famosa aparición del ángel Gabriel con los decretos y enseñanza que le hizo fundar una nueva religión.

En poco tiempo aprendió a leer, posiblemente ayudado por su amigo Waraka, aunque las tradiciones afirman que lo hizo milagrosamente en el primer encuentro con el ángel Gabriel. En cualquier caso no fue el quien pusiera por escrito el Corán, aunque eso no necesariamente lo desacredita, pues tampoco Cristo escribió nada, sino fueron sus discípulos quienes lo hicieron. Así debía pensar Mahoma, el no tenía necesidad de escribir, el empezó a hablar, recitaba frases que sus discípulos memorizaban, escribían en piedra, fue durante el periodo de vida del profeta cuando fueron registrando todas las suras o frases de las que se compone el libro sagrado del islam desde el 610 hasta su muerte en 632, posteriormente hacia el año 650 se recopiló todo en lo que hoy se conoce como El Corán, Zaid Ibn Zabit fue el encargado de hacerlo. La forma en que está hecho el libro, sin un argumento ordenado, es muy similar a los Salmos bíblicos, ordenados por 114 suras o capítulos que incluyen entre 10 y 80 frases en la mayoría cortas. Así aunque menos poéticos, pero fáciles de memorizar, de hecho hoy día todavía es común que los musulmanes memoricen, sino todo, gran parte de los preceptos del libro.

Mahoma se sintió impelido prontamente a predicar su mensaje, primero a los suyos de mas confianza, pero luego a los habitantes de la Meca, donde por cierto en un principio no tuvo ningún éxito, de hecho tuvo que huir debido a la oposición, sobre todo la de su tío y refugiarse en Medina. Solamente por medio del uso de la violencia, cosa que parece ser no vio contradictorio el nuevo profeta, fue como consiguió la caída de la Meca y el convencimiento y adhesión de sus habitantes a su nueva fe.
Así se había instaurado en Arabia, una religión inspirada en diferentes y contradictorias enseñanzas, eso si todas ellas monoteístas, destacando la influencia del judaísmo, cristianismo y gnosticismo, de donde proviene la idea de tener un libro sagrado, el Corán, que en gran parte incluye preceptos de la ley mosaica, como la abstinencia del cerdo, y el desangrado de la carne, entre otras; algunas frases cristianas como la regla de oro de Jesús: Todo lo que quieres que te hagan, hazlo tu a los hombres, la búsqueda de la humildad, la caridad hacia los pobres, etc. El pleno rechazo a las imágenes, recordemos que en esa época se vivía en la cristiandad occidental una pugna entre los iconoclastas y los partidarios de las imágenes y Mahoma, tomó del cristianismo la parte iconoclasta, yendo incluso mas allá del judaísmo, rechazando todo símbolo que pudiera tomarse como idolatro.

Pero por otro lado, también quiso distanciarse de estos y acercarse a sus raíces árabes, entre otras cosas al usar el nombre Alá, evolución del Allá conocido ya por los árabes, incluyó rituales tradicionales como la peregrinación a la Meca, las tres oraciones rituales, la predestinación; también utilizó símbolos como el de la media luna de los sabeos. Una religión que desde un principio utilizó la llamada guerra santa para expandirse, con la promesa hecha a sus discípulos, de que en el caso de morir en batalla contra los infieles, sus pecados serían borrados y su entrada al paraíso sería inmediata. Un paraíso que por cierto difería del que los nestorianos y judíos entendían, pues según el Corán, se trata no de una vida contemplativa o de disfrutar solo de la presencia de Dios, ni tampoco especifica si sería en la tierra o en el cielo, pero en el que incluye placeres humanos y terrenales como disfrutar, por supuesto solo en caso de los hombres de un harén de bellas doncellas, nada especifica sobre el disfrute de las mujeres, pero en cualquier caso, para los soldados era alentador y atractivo.

Curiosamente el éxito religioso iba de la mano con el militar, en poco tiempo todo el norte de África había caído de forma permanente en la fe islámica. A menudo se dice que el rastro de las minorías cristianos, tal es el caso de novacianos, donatistas, marcionitas, montanistas y otros se difumina a raíz de las invasiones árabes en África, se sabe que se mantuvieron relativamente en paz, pues una de las cosas que los seguidores de Mahoma tenían claro era respetar a judíos y cristianos, por ser religiones monoteístas o como ellos decían eran la religión del libro, haciendo referencia a las escrituras bíblicas. Se sentían mas cerca de estos que de otros grupos, de religión pagana, a los que si obligaron a la conversión. Así mientras las tribus del sur, las religiones ancestrales etíopes y otros movimientos ligados a la superstición o idolatría fueron perdiendo ímpetu, la iglesia copta, mantuvo su identidad y sus templos casi de la misma manera que antes. Tal fue el caso también de la península ibérica, que desde el 711 se vio sumida casi al completo por el poder árabe, sin embargo, eso no significó necesariamente persecución religiosa, si bien es verdad que poco se supo durante esa época de los movimientos de aquellos pequeños grupos, pero se permitía la libertad de cultos, con ciertas limitaciones, tan solo tenían restringido el derecho a entrar en los gobiernos de las ciudades y pagar un impuesto llamado Yizía, y el de la posesión de tierras Jaray, del que estaban exentos los musulmanes.

En realidad la sociedad islámica, fue más tolerante, y a la vez en los primeros siglos mientras Europa se sumía en el estancamiento del feudalismo, en la regiones gobernadas por los musulmanes se observa un avance, no solo cultural, sino tecnológico, solo mucho tiempo después fue pasando a occidente. Esto no solo se observa en España, sino también en oriente, donde convivieron con nestorianos quienes aumentaron en numero, judíos, quienes dominaban gran parte del comercio, maniqueos la medicina, incluso con cristianos bizantinos, en las artes del cultivo. Todas estas sociedades se beneficiaron de la cultura y el progreso que reinaba en el mundo árabe.

Pero a raíz de los cambios producidos a partir de la llamada baja edad media, desde el siglo XI, cuando las cosas se tornan más hostiles, pero debido a la violenta reacción del mundo occidental bajo el influjo de la cristiandad, con guerras y cruzadas avivadas por la iglesia de Roma, con el fin de liberar tierra santa, cosa que significó a la larga peores circunstancias para los cristianismos sobrevivientes dentro del mundo árabe.

Pero el arranque de la fe basada en los preceptos del auto proclamado profeta Mahoma, ejerció cambios trascendentales en el organigrama religioso, afectando sobre todo a los pocos grupos que podían estar más cerca del cristianismo prenicenico, o incluso mas cerca del original. Fue en muchos casos la hierba que faltaba para ocultar el poco trigo que aún sobresalía en aquella oscura época que fue la alta edad media.

Más información y citas relevantes sobre el origen del Islam, lo podrá encontrar en la obra El Trigo ahogado tomo II

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