Obra protegida por derechos de autor

Obra protegida por derechos de autor.
ISBN OC : 978-84-9981-705-7
Depósito legal: M-20243-2011

Pedro Abelardo: La busqueda del conocimiento y de la lógica

Mausoleo de Pedro Abelardo junto a su amada Eloisa en Montparnasse, Paris





El personaje del que ahora vamos a tratar, es en ocasiones más conocido por una hisotria de amor con final trágico. Sin embargo en este blog lo que realmente nos interesa es su legado ideológico. En definitiva podemos decir que Pedro Abelardo fue: Un maestro incomprendido, que en su día abrio la puerta a una escuela que produjo grandes maestros. Su vida se mueve entre la enseñanza, la investigación filosófica y religiosa y un amor perseguido, como perseguida fue su causa y sus enseñanzas.

En el siglo XII, la iglesia católica estaba asentada en el poder y dominaba casi todos los ámbitos de la vida tanto política como religiosa sobre todo en occidente. La educación no era una excepción, de hecho, algunos monasterios se empiezan a convertir en centros de educación superior para muchos miembros de la alta sociedad o para los que querían hacer de la religión una carrera. Se establecieron las escuelas catedralicias, es decir los estudiantes asistían a las grandes iglesias de la principales ciudades que iban resurgiendo en Europa. Pero fue eso precisamente lo que hizo resurgir pequeños brotes de enseñanza que surgieran pequeños grupos en medio de aquella oscuridad.

Para el siglo XI, surge la figura de Anselmo de Canterbury, un filosofo religioso, quien por medio de varias de sus obras estableció un sistema argumental basado en una nueva lógica para establecer la existencia de Dios y la autoridad de la iglesia, entre otros libros escribió Monologión y Prosilogión, en los que demuestra esta nueva manera de razonar. Parecía renacer de nuevo el empuje de los grandes maestros apologistas del siglo II, pero muy alejados de la enseñanza de aquellos.

De Anselmo de Canterbury se dice que fue el fundador de la escolástica, que no es otra cosa que el método de enseñanza superior que se establece en aquel tiempo, en el que se mezclan enseñanzas filosóficas griegas redescubiertas, con materias mas laicas como álgebra, aritmética, (infiltradas desde el mundo árabe), pero aderezadas con las reglas y enseñanzas de la iglesia y las escrituras. Con el tiempo este método llevó a la fundación de las universidades en Francia.

Pero pronto aparecerían dentro de estos centros de enseñanza algunos que dandose cuenta de las grandes lagunas doctrinales de la iglesia, empezarían a poner en duda algunas de estas. El primer movimiento en este sentido vendría de un laico convertido en monje, pero que terminó llamando la atención por ser un gran polemista, Pedro Abelardo.

Este filosofo nacido en 1079 llegó a sobresalir por su talento en la enseñanza, se dice que fundó una escuela de la que salieron muchos sacerdotes, obispos y hasta papas. Pero aparte de sus complejas tramas familiares, fue conocido por ser uno de los primeros polemistas que aparecieron en esa época en la que nadie se atrevía a discutir las enseñanzas de la iglesia de Roma, ni ponerlas en duda. Pero el si lo hizo, sus problemas se iniciaron cuando quiso retirarse de la docencia tras trágico desenlace de su matrimonio con su amada Eloisa**.

Eso llevó al retiro temporal de Pedro en la abadía de St Denís, (San Dionisio ) allí al conocer la historia de Denis (Dionisio de Paris, o Arepaguita), quien diera nombre a la abadía y una basílica que se estableció en su honor. El problema surgió cuando puso en duda la veracidad de la historia contada sobre el mártir del siglo III, pues literalmente reza así la tradición según aparece relatada en un escrito que circulaba por aquella época y a la que los monjes debían dar credibilidad. Así en Las Vidas de Saint Denis, escritas durante la época de Carlomagno, de este se contaba lo siguiente : una vez decapitado, el mártir Denis anduvo durante varios kilómetros con su cabeza bajo el brazo, atravesando Montmartre, por el camino que, más tarde, sería conocido como calle de los Mártires. Al término de su trayecto, entregó su cabeza a una piadosa mujer descendiente de la nobleza romana, llamada Casulla, y después se desplomó. Y en ese punto según reza la tradición se edificó una basílica en su honor.

Aquella historia chocaba con la lógica manera de ver las cosas de Pedro Abelardo, quien no podía aceptar tal milagro por no tener un fin especifico, como sí lo tenían los muchos milagros aparecidos en las escrituras. El no podía dar credibilidad a tal leyenda y habló contra esta, lo cual lógicamente le trajo la antipatía de los demás monjes y fue expulsado del convento y enviado a otro cercano.

Pero lejos de acabar aquí su conflictiva vida dialéctica, aumentó, pues tras sus muchos estudios teológicos, llegó a ciertas conclusiones sobre el complejo credo de la Trinidad, la posición imposible de María como madre de Dios y otras enseñanzas que no cabían en una mente lógica ni en las escrituras. Esto lo llevó a escribir Tractatus de Unitate et Trinitate Divina (Tratado sobre unidad y trinidad divina), en la que de manera clara mostraba los puntos flacos de tal doctrina, entre otros, el hecho de que Dios sufriera físicamente dolor como los humanos sería una limitación implícitamente imposible para un ser todopoderoso como el. Por otro lado el que María fuese considerada Madre de Dios es de nuevo un rebajar la posición omnipresente de Dios. Y aunque no rechazó de pleno tales doctrinas las explicó de manera tan particular que no gustaba a los mas aferrados esta, pues trataba de mostrar que había una distinción clara entre las llamadas personas de la trinidad, y mostró la distinción de sus atributos: el Padre potencia, el Hijo o Verbo sabiduría, el Espíritu Santo la caridad.

Esa manera de ver los asuntos le trajo no pocos quebraderos de cabeza a sus enemigos, quienes aun no pudiendo acusarle de rechazar la doctrina, veían en este argumento ciertas muestras de querer dar una explicación nueva y que hacía una distinción clara entre las llamadas tres personas.

Fue acusado de herejía por uno de los principales defensores de la Iglesia, el influyente maestro místico Bernardo de Claraval, por su Tractatus. Hallado culpable en el concilio de Sens, de haber admitido tres dioses, en vez de uno en el dogma de la Trinidad. Se dice que Abelardo puso su libro en la mesa para que los que lo juzgaban encontrasen algo de que acusarlo al respecto, pero todos callaron, excepto uno de ellos que después citó un comentario en el que daba a entender que el autor negaba la omnipotencia a dos de las tres personas de la Trinidad y que la reconocía en una sola. Por el hecho de hablar que el Cristo se debe a la creación de Dios, quien no tiene origen.

Fue obligado a recitar el credo atanasiano manipulado y ampliado ya en esa época y obligado a quemar el mismo su libro. Cosa que hizo, además en el concilio lo condenaron también a permanecer un tiempo de prisión.

Una vez librado de esto al parecer volvió a reescribir el tratado dentro de otro llamado Tehología Cristiana, además de volver a reescribir el anterior. Una copia del propio Tractatus fue redescubierto y puesto de nuevo en circulación por un tal Stölzle, en Friburgo, en 1891.

Posteriormente a su condena fundó una escuela llamada el Paracleto, desde donde se esforzó por enseñar teología y tuvo bastante éxito, es posible que insistiera en las tesis explicadas en sus Tratados. Tal fue así que uno de sus discípulos Pedro Lombardo, conocido por su obra Sentencias, aceptada y enseñada por la iglesia durante siglos, fuera por otro lado acusado en otro de sus escritos de Adopcionismo, este tenía que ver con comentarios sobre los escritos de Pablo. También discípulo de Pedro Abelardo fue Arnoldo de Brescia, quien llegó a ser un ferviente luchador contra la doctrina trinitaria enseñada por la iglesia.

Otro gran maestro surgido de la escuela de Abelardo, fue Pedro de Bruyns, fundador de los petrobrusianos y martirizado por su oposición a la idolatría, al considerar que afirmar que María era madre de Dios, era darle adoración como al propio Dios.



Más detalles sobre la escolástica, Pedro Abelardo y sus enseñanzas y escritos les animo a consultar la obra El trigo ahogado tomo II, donde se dan más detalles sobre la vida y obra de este y otros incomprendidos maestros

**Si desea saber más sobre la historia de su amor con Eloísa, en el blog EL Escriturario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario